Miguel Parra fue uno de los artistas más importantes activos en Valencia durante la primera mitad del siglo XIX, y ocupó cargos destacados tanto en instituciones artísticas de esa ciudad como en la corte, donde fue introducido por su cuñado Vicente López. Se especializó en cuadros de flores de considerable tamaño y gran densidad decorativa, que derivan de modelos locales y extranjeros de la segunda mitad del siglo XVII, aunque actualizados mediante mobiliario o motivos decorativos de su propio tiempo. Así ocurre con esta obra y su pareja (P7940), de gran ambición compositiva. Esta pieza tienen un gran interés documental, pues incluye al fondo un cuadro en el que se representa el Palacio Real de Valencia con las fuentes y pequeñas construcciones que adornaban su entorno a mediados del siglo XIX. El palacio también aparece en otro cuadro de Parra, que se encuentra actualmente en la Casita del Príncipe de El Escorial.
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