Carlos IV fue retratado por Mengs cuando todavía era príncipe de Asturias. Representado en tres cuartos y hasta las rodillas, viste casaca gris, calza botas negras altas, muestra una escopeta en la mano izquierda y está acompañado de un perro de caza. Luce las bandas de las Órdenes del Saint-Esprit y de San Genaro, así como la insignia del Toisón de Oro. Hijo de Carlos III y María Amalia de Sajonia, nació en Portici en 1748 y se casó con María Luisa de Parma en 1765. Sucedió a su padre en el trono en 1788. Depuesto en 1808 y prisionero de Napoleón durante varios años, murió en Nápoles en 1819 sin haber vuelto a España.
Mengs logró destacar sabiamente el volumen del personaje recortando su figura sobre el fondo y colocándola en un riguroso primer plano. Así logra un retrato que evoca claramente las imágenes de Velázquez cuando representó a los Austrias en traje de caza.
Esta imagen es compañera de la imagen de María Luisa de Parma (P2189), habiendo sido probablemente realizados ambos con motivo de su compromiso matrimonial en 1765.