Una barca de vela izada permanece en la orilla junto a un grupo de personas.
La pincelada briosa y muy empastada, observable a simple vista, delata que el cuadro se trata de un apunte rápido, tomado del natural.
La importancia concedida a la luz, aventura un tipo de pintura que se anticipa al luminismo de Sorolla.
Adquirido para el Museo de Arte Moderno en 1957 entre un gran número de pinturas del artista.