Imagen alegórica que alude al regalo del desaparecido palacete conocido como “Casino de la Reina” por el municipio de Madrid a Isabel de Braganza, con motivo de su boda en 1816 con el rey Fernando VII (1784-1833).
Esta obra, inspirada en las composiciones de los frescos de Corrado Giaquinto para el Palacio Real de Madrid, fue pintada para decorar el techo del salón principal del propio palacete, aunque no se instaló hasta la completa remodelación de éste en 1818.