Desde el mirador de un jardín, aparece una amplia vista de París, con algunos de sus monumentos más reconocibles, como el Hospital de los Inválidos, el Panteón o las torres de la Catedral de Notre Dâme, al fondo.
Realizada durante el año que pasó en la capital francesa, la pintura responde a las características técnicas que hicieron de los paisajes urbanos de este pintor las pinturas más admiradas por coleccionistas contemporáneos. El toque rápido de pincelada corta produce una impresión de frescura y realidad centrándose en detalles precisos como el jarrón sobre la balaustrada o la variedad identificable de la flora.
Sin embargo, como es habitual en los pintores de “vistas”, falsea creativamente la posición exacta de algunos de los edificios o inventa perspectivas irreales que no desmerecen su identificación.
Etiquetas: