Este retrato doble forma pareja con otra obra conservada en el Museo del Prado (P04608), que retrata a los hermanos menores de la misma familia. En la Sevilla de mediados del siglo XIX, contexto en el que vivieron los niños efigiados, fue más frecuente que en el resto de España la ejecución de este tipo de retratos familiares, debido a la influencia británica en la zona.Los muchachos aquí representados, primogénitos de la familia, posan en actitudes que pretenden denotar naturalidad, el mayor leyendo el periódico y el menor entretenido con la botonadura de su uniforme de cadete artillero.La escena se desarrolla en el entorno del interior doméstico, en el salón de la casa familiar, ricamente decorado a la usanza de la época, presidiendo la habitación las imagenes protectoras de una Virgen Inmaculada y del arcángel Rafael. En algunos de los enseres, como el reloj y el espejo, se ha querido ver además cierta alusión simbólica a las virtudes que debe manifestar la educación de un joven, como son la prudencia y el buen gobierno o autodominio.
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