Lienzo de formato vertical que presenta figura masculina sentada, con ropas cardenalicias de color rojo, las manos apoyadas en el sillón y mirando al espectador, a través de los lentes. Al fondo, puerta de cuarterones de madera en marrón oscuro y un paño de cordobán decorado.
Según Pérez Sánchez, este lienzo es una copia libre del famosísimo retrato que El Greco hizo del cardenal, en fecha que se supone muy próxima a 1600 y se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York.
Sea o no el que se mencionaba en San Pablo, este lienzo es bien significativo del estilo de Tristán, en gama cálida de intensa evocación veneciana, pero de pincelada más prieta y seguida que la nerviosa y vibrante del Greco. Especialmente significativo es el tratamiento de los blancos del alba y sus encajes, resueltos en Tristán en pinceladas largas y densas frente al torbellino de toques cruzados del modelo del cretense. (Equipo DOMUS 2005)
Este retrato fue comprado por el Estado español y adscrito a la colección estable del Museo del Greco (Finarte-España. Subastas E-47, madrid, 21 de octubre de 1999: 22, nº 9). Hasta su incorporación al museo no había sido expuesto nunca. Es curioso precisar que la bibliografía que a continuación vamos a enumerar se refiere a un retarto, copia del célebre retrato del cardenal Niño de Guevara del Greco (Nueva York, Metropolitan Museum of Art) y que, al no haberse reproducido por fotografía nunca, no se tiene la certeza absoluta que sea este retrato del Museo del Greco, aunque es lo más probable. Pérez Sánchez y Navarrete Prieto se remontan en la bibliografía como máximo a 1920 con Ramírez de Arellano, pero en realidad, es Cossío el primero que, en 1908, menciona una mala copia del retrato del Niño de Guevara del Greco en la capilla funeraria del cardenal: Hállase Don Fernando enterrado en la capilla mayor, que fundaron sus antepasados en el Convento de San Pablo Ermitaño , de Toledo, y frente a su sepulcro, donde ahora se ve una mala copia, tal vez colgó la admirable efigie, hasta ser recogida por la casa de Oñate, poseedora del condado de Añover de Tormes, en que radica la familia del Cardenal y el patronato del Monasterio. De ella pasó a manos de su actual dueño, Mr. Havemeyer, de Nueva York (Cossío 1908, vol II: 423, 424). ¿Es esta mala copia nuestro cuadro?, pues seguramente sí. Ramírez de Arellano en 1920 la sigue mencionando en el convento toledano. Es también de Tristán el retrato del Cardenal Niño de Guevara, que está colocado, frente al sepulcro del purpurado, en el presbiterio de monjas jerónimas de San Pablo. Adolfo Aragonés en 1925 la describe igualmente en la capilla funeraria del cardenal: Por aquel entonces (1612) debe pintar Luis Tristán el retrato del Cardenal Niño de Guevara, al mismo tiempo que su colega Bartolomé del Río Bernino pintó los escudos de armas del túmulo levantado en la iglesia del monasterio de monjas de San Pablo. Trapier en su libro sobre el Greco de 1925 nada dice, cuando comenta el retrato del Greco del Cardenal Niño de Guevara (entonces en la colección neoyorquina Havemeyer), sobre la existencia de una copia en Toledo (Trapier, E. du Gue. 1925: 52-53). Mayer en en 1931 menciona la copia todavía en la capilla funeraria de San Pablo. Esta es la última vez que las fuentes mencionan la copia colgando en la capilla funeraria de Niño de Guevara. Seguramente que, con la anarquía de la Guerra Civil, la obra salió de la clausura conventual. Soria en 1959 y en 1960-1961 menciona una copia del retrato del Greco en el Seminario de Toledo, indicando que sería la que estaba en San Pablo. Muy poco después de verlla Soria en el Seminario, debió abandonar dicha institución, Wethey ya no la vió: Son erróneas la atribucion de Martín Soria de esta copia perdida a Tristán en el año 1612, y su localización en el Seminario de Toledo (Wethey, 1967, vol. II: 108, nº 152). En 1972 Angulo Íñiguez y Pérez Sánchez al hablar de la copia del retrato del Greco señalaban que no se conserva. En 1990 Martínez Caviró hablaba de un desaparecido retrato del cardenal Niño de Guevara atribuido a Tristán. A partir de aquí se le perdió la pista a esta copia, hasta que apareció en la subasta pública de 1999. Precisamente Martínez Caviró aportó un nuecvo dato documental con respecto a un retrato del Cardenal Don Fernando Niño arzobispo de Sevilla, Inquisidor, sentado en silla que fue vendido en almoneda, después de ser tasado, junto con otras obras de arte, el día 15 de abril de 1632 por el padre Fray Juan Bautista de la Orden de Santo Domingo, la obra pertenecía a los Lasso de la Vega, Condes de Añover y de los Arcos. Aunque en el documento no se da el nombre del autor del retrato, Martínez Caviró es partidaria de identificarlo, sin duda, con el original del Greco (Martínez Caviró, B. 1990:305)
Cossío recuerda que entre los sonetos de Góngora hay uno dedicado a los intereses artísticos del Cardenal Niño de Guevara: A una Galería que en la casa arzobispal de Sevilla hizo el Cardenal arzobispo Don Fernando Nuño de Guevara, donde pintó todos los papas y padres del yermo (Cossío. M.B., 1908, volII: 424). También menciona Cossío en esta página una réplica del retrato del Greco del Cardenal Niño de Guevara, solo de medio cuerpo: un medio cuerpo del Cardenal Niño, hace pocos años encontrado, como ya dijimos, en Sevilla. Muy estimable también, aunque no tiene la fineza y el esmero del gran retrato, del cual, más que estudio previo, me parece réplica [Cossío (1908), vol.II: 424]. Cossío incluye lámina de dicha réplica.
Don Fernando Niño de Guevara (Toledo, 1541 - Sevilla, 1609) fue uno de los personajes más influyentes del reinado de Felipe II, ocupando importantísimos cargos políticos y eclesiásticos. Se licenció en derecho en la Universidad de Salamanca, pasando luego al Colegio Mayor de Cuenca. Fue nombrado Arcediano de Moya en esta Iglesia Catedral. Sería nombrado Oidor de la Chancillería de Valladolid en 1570. En 1580 pasó a ser miembro del Consejo de Castilla. En 1584 sería designado Presidente de la Real Chancillería de Granada (desde el 17 de abril de 1584 hasta 1596). Al empeño personal de Niño de Guevara se debió la construcción de la monumental fachada del edificio granadino (1584-1587) realizada por el arquitecto Francisco del Castillo. Esta obra le acarreó problemas a nuestro personaje, los visitadores de Madrid le acusaron de gastos excesivos, así como de poner su nombre y sus armas en la cartela de un edificio regio (sobre el asunto véase Henares Cuellar, 2005/2006, pp. 279-297). En 1591 el eclesiástico tuvo que elevar un escrito (conservado en el Archivo General de Simancas) para defenderse de las acusaciones de gastos excesivos por la monumentalidad de la misma (para la actuación de Niño de Guevara en la Real Chancillería de Granada véase Moya Morales, Quesada Dorador y Torres Ibáñez, 2005-2006: 60-61). Felipe II lo propuso como cardenal al Pontífice Clemente VIII, este lo confirió el capelo cardenalíceo en el mes de junio de 1596. En estos años permanece en Roma participando en varias Congregaciones. En 1599 regresa a España porque Felipe III lo nombra Inquisidor General, confirmando dicha elección el Sumo Pontífice el 3 de diciembre de 1599. Antes de regresar a España, el Papa lo consagró con sus manos, en la Cartuja de Santa María de los Ángeles, como Arzobispo Titular de Filipos en Macedonia, y le cambió el título cardenalicio por el de San Martín in Móntibus. Al despedirse de Roma, el Papa le manifestó cuanto le estimaba diciéndole: Con ser tanto nuestro poder, no podemos hacer de un Cardenal Guevara dos: uno que quedara en Roma, y otro que pasase a España. Al llegar a España, el rey Felipe III lo nombró miembro del Consejo de Estado. En 1601 fue nombrado Arzobispo de Sevilla. Tomó posesión el 18 de junio de 1601, en su nombre, D. Andrés Dalba, arcediano de la catedral sevillana, y el día 13 de diciembre de 1601 hizo su entrada pública en la ciudad. (Cat: Redondo Cuesta, José. 29/06/2007)
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