El 3 de febrero de 1622, la ciudad renana de Juliers (o Jülich), ocupada desde 1610 por las tropas holandesas de Mauricio de Nassau, se rindió tras seis meses de asedio ante un ejército español comandado por el general Ambrosio de Spínola. El acontecimiento fue uno de los hechos más sobresalientes de los comienzos de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), encargándose de su representación pictórica para el Salón de Reinos a Jusepe Leonardo, un joven y por entonces prometedor artista.
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