Aunque se especializó en floreros, Miguel Parra se acercó también a otras tipologías de la naturaleza muerta, como muestra este plato con dulces. El tema había hecho acto de presencia en la historia del bodegón español desde los tiempos de van der Hamen, pero Parra ha sabido acercarse a él desde una perspectiva personal. Más que la reproducción minuciosa y exacta de formas y texturas, le ha interesado el efecto general, y la transcripción de los brillos que produce la luz al caer sobre las superficies de los dulces, frutas confitadas, vidrios o envoltorios.