Ocupa el palacio del Marqués de Dos Aguas, edificio singular del barroco valenciano en el que carrozas, abanicos, textiles, joyas o relojes recrean el ambiente del siglo XIX. En la planta superior una selección de cerámica, en su mayoría española, se exhibe con un montaje moderno y funcional al que sirve de contrapunto la recreación de una cocina valenciana del siglo XVIII.