Esta obra es un magnífico ejemplo de la etapa central de la producción del italiano Luca Giordano, conocido en España como Lucas Jordán. En ella se aprecia el carácter decorativo que predominó en la pintura del Barroco italiano en la segunda mitad del siglo XVII, así como la riqueza cromática y el dinamismo que hicieron famoso al artista.
La escena, de carácter alegórico, simboliza a España en la figura de una mujer que está siendo coronada y entronizada sobre las cuatro virtudes cardinales (la Prudencia, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza), pilares del buen gobierno del país, acompañadas de sus atributos y de múltiples angelotes. A la izquierda de la composición, la Fortuna, personificada también por una figura femenina, impide embarcar al guerrero que representa a Francia.
Este cuadro es el único conservado del conjunto de cuatro grandes lienzos que Giordano realizó para Carlos II en conmemoración de la victoria del Monarca en Mesina frente al ejército francés, y que motivaron que Palomino calificara al artista italiano como el “padre de la Historia con el pincel”.
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