Presenta una cintura recta en sus cuatro frentes y alberga dos cajones. Ensamblada a caja y espiga con atarugados. El tablero, que no es el original de la mesa, presenta un vuelo algo corto respecto a las patas, a las que se une mediante muescas con grandes tacos transversales. En este tipo de mesas el tablero suele tener un grosor entre 4,5 y 5 cm. Se apoya en cuatro patas torneadas en forma de columnas, unidas por chambranas en H. Los travesaños parecen ser un añadido moderno.
Dos cajones en el frente, separados por una moldura cuadrada. Decorada en el frente y en los costados con talla configurando motivos geométricos en los que se alternan espejos ovales con cintas geométricas lisas.
Responde a una mesa de tipo refectorio, calificativo que alude a que tuvo su origen en los monasterios, donde el comedor recibía un nombre de refectorio.
Presenta una decoración tomada de la arquitectura, evolución de la sobriedad del estilo escurialense, propio de Felipe II.
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