Ante la preocupación de no encontrar varones en la tierra, las hijas de Lot embriagan a su padre para yacer con él y asegurarse la descendencia que propague la estirpe (Génesis 19, 31-35). Al fondo se vislumbra el incendio de Sodoma y la esposa de Lot convertida en estatua de sal, tras desobedecer el mandato de Dios.
La obra forma parte de una serie de lienzos de formato apaisado con escenas del Antiguo Testamento, que se encontraban en 1700 en la Ermita de San Juan del Buen Retiro.
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