San Antonio se encuentra en un amplio paisaje, rodeado de tres bellas mujeres que tratan de hacerle comer la manzana del pecado. Tras ellas una vieja alcahueta representa el engaño y la inducción al mal. Un mono, animal lujurioso al igual que las jóvenes demoníacas, tira de las ropas del santo. En segundo plano se desarrollan pasajes de La leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine (siglo XIII), con las diversas tentaciones que sufrió San Antonio por parte de demonios o hermosas mujeres desnudas tras las que se esconde el diablo.
El paisaje es típico de la producción de Patinir, con agudos peñascos en el plano medio y una elevada línea del horizonte. Aunque sólo aparece la firma de Patinir, desde la segunda mitad del siglo XVI se reconoce la participación de Quentin Massys en las figuras. El modelo de la anciana se asemeja de algún modo a su Vieja mesándose los cabellos (P3074).
Fue propiedad de Felipe II quien en 1574 la entregó a El Escorial.
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