La Virgen María y San José oran de rodillas junto a Jesús recién nacido, acompañados por tres ángeles que arropan al Niño, tres pastores asoman desde el exterior por las ruinas del portal, al fondo el buey y la mula.
Tanto el paisaje idílico, como las arquitecturas típicas de las ciudades del norte de Europa, la composición, los colores gris azulados utilizados y el hieratismo de las figuras con ropas de pliegues acartonados remiten al estilo hispanoflamenco en el que inicia su formación Rodrigo y que asimila su hijo Francisco.
Esta obra es compañera de La Adoración de los Magos (P2835), también conservada en las colecciones del Museo del Prado.
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