Obra documentada de Juan de Flandes, conocido sólo por las pinturas que realiza en Castilla desde 1496 en que entra al servicio de Isabel la Católica. Al morir la Reina en 1504, continua trabajando en Salamanca y en Palencia y debe adaptar su estilo al tipo de obras que le demanda la nueva clientela, a veces de grandes dimensiones como el retablo mayor de la Catedral de Palencia, para el que hace esta tabla, destinada a la calle central del banco.
Juan de Flandes concibe el espacio de esta Crucifixión con un punto de vista bajo, que evoca las composiciones de Mantegna y la dota de resonancias italianas, por el modo de disponer al los personajes con un dominio de líneas rectas que otorgan monumentalidad al conjunto. Para llamar la atención sobre Cristo Crucificado, situado en el centro, ante un fondo de paisaje, idea un semicírculo de figuras en torno a Él. A la originalidad del pintor flamenco al representar este tema iconográfico se suma su dominio técnico, patente en la forma de reproducir las calidades de las cosas como las piedras preciosas y el coral esparcidos por el suelo.
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