Este tema es frecuente en la producción de Poussin. Presenta una bacante desnuda sosteniendo un cántaro mientras que un fauno caprípedo, coronado y ceñido por hojas de yedra, bebe de un vaso que levanta un amorcillo.
En esta obra, en contraposición a otras posteriores, prima el desarrollo del tema sobre el entorno paisajístico, combinando la mitología con el culto al desnudo, lo que ha hecho pensar que la escena trata de un pasaje concreto aún por descubrir.
La técnica, rápida y poco cuidada, se combina con una composición muy sencilla donde priman los colores apagados realzados por algunos toques de rojo.
Se conserva una réplica de este lienzo en el Museo Pushkin de Moscú. Presenta también importantes semejanzas con La bacante y el sátiro, de la Galería Nacional de Dublín.
Citado en el inventario de 1746 de la colección del rey Felipe V en el Palacio de la Granja de San Ildefonso, ingresó en el Museo del Prado en 1829.