El toro mariposa pertenece al llamado Álbum G, que junto con el H, fue realizado en Burdeos entre 1824 y 1828. El anciano pintor introduce en ellos una novedad técnica, el lápiz litográfico, olvidándose de las aguadas a tinta que había empleado con anterioridad. Coincide este nuevo recurso con el interés de Goya en estos años hacia la litografía, ya que el uso del graso lápiz litográfico para dibujar le permitió una gran libertad expresiva. Es probable que ambos conjuntos fuesen preparatorios para series de estampas que Goya no llegó a materializar. La temática es diversa, pero en general representan gentes y animales en la calle, en actitudes muy variadas y casi siempre en situaciones anormales, en las que impera muy frecuentemente lo irracional. En El toro mariposa se reconocen referencias a temas recurrentes en la obra de madurez de Goya. Los hombres o animales que tratan de volar; las representaciones taurinas, a veces festivas pero casi siempre dramáticas; y las escenas ridículas que incitan a la risa y que van de lo satírico a lo grotesco. La nota dominante en El toro mariposa es lo grotesco. Lejos de mostrar una imagen del mundo taurino real, representa una escena absurda en la que introduce el habitual elemento de desasosiego que había caracterizado sus anteriores escenas de toros. Con las patas abiertas de forma inestable, dotado de unas ligeras alas de mariposa y de un anómalo pene, el toro permanece en el aire observado por rostros caricaturescos, provistos también de alas de mariposa, que parecen reírse burlonamente de su ridícula condición. El vuelo, presente aquí, como metáfora de la inestabilidad, la irracionalidad humana y la inconstancia de la Fortuna es un tema muy recurrente en numerosas obras del pintor aragonés.