Cristo, con las manos atadas, vestido con el manto púrpura y ceñido con la Corona de espinas, aparece en su condición de hombre mostrando el dolor de su Pasión. Este tipo de imagen devocional es propio del arte contrarreformista, siendo esta obra uno de los mejores ejemplos de este estilo pintados por Tiziano.
La obra fue llevada al Monasterio de Yuste (Cáceres) por el Emperador, lo que confirma la predilección que debió tener por ella.
Fue entregada a Carlos V (1500-1558) por Tiziano en Augsburgo en 1548, e ingresó en las colecciones del Museo del Prado en 1821.
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