Varios de los cuadros con racimos de uvas en los que se especializó el Labrador se disponían en parejas, como la P7903 y P7904 y esta obra y la P7906. En uno de los racimos aparece una mosca sobre una uva, un detalle aparentemente banal, pero muy interesante para conocer algunos conceptos relacionados con el género de la naturaleza muerta. El insecto es un estímulo naturalista que permite al pintor jugar con las fronteras entre arte e ilusión y le sirve para subrayar el avanzado estado de maduración de la uva. Pero a cualquier espectador culto de esa época sin duda le recordaría también viejas anécdotas, narradas por los escritores clásicos, acerca de la capacidad de algunos pintores griegos para imitar verídicamente la naturaleza y engañar a los sentidos.