Un cazador aún con la escopeta sobre el regazo descansa al lado de una fuente. La soledad del personaje y su mirada ensimismada pone de relieve la paz de la vida natural. El naturalismo de la composición y la sencillez de la representación manifiestan el pensamiento de Goya sobre el tema de la vida en el campo.
Pareja del Pastor tocando la dulzaina (P2895), ambos como cartones para los tapices del comedor del Príncipe en el Palacio de El Pardo, diseñados como sobreventanas para flanquear al que representaba la Primavera (P793).