Retrato ecuestre del emperador Carlos V (1500-1558) conmemorativo de la victoria en Mühlberg de las tropas imperiales sobre las protestantes. La aparente sencillez de la composición esconde una compleja simbología que muestra al Monarca en su doble condición de caballero cristiano y heredero de la tradición imperial romana. Ejemplo de ello es la lanza que sostiene el Emperador con su mano derecha y que siendo el símbolo del poder de los césares, también hace referencia al arma de San Jorge y a la lanza que portaba Longinos durante la Pasión de Cristo (soldado romano que clavó su lanza en el costado de Cristo y que a continuación se convirtió al cristianismo).
Los antecedentes formales de la composición se han citado en la estatua ecuestre romana del emperador Marco Aurelio (121-180), en diversos modelos de los grabados de Alberto Durero, como El caballero y la muerte, y de Hans Burgkmair.
La armadura del Emperador se conserva en la Armería Real del Palacio Real de Madrid.
La obra fue realizada para María de Hungría y se convirtió en la imagen dinástica por excelencia de la Casa de Austria. Ingresó en las colecciones del Museo del Prado en 1827.
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