La obra es un ejemplo de virtuosismo ténico de Benlliure, reflejo de su especial gusto por el tema infantil de niños jugueteando, así como la audacia por el estudio del movimiento en un instante preciso, la materialización del ritmo, marcado por los inquietos, gráciles y espontaneos movimientos de los niños, testimoniando, además, el temperamento del escultor. Se completa el conjunto con la serena belleza idealizada de la joven y su recatado desnudo, que se lleva las manos al rostro en una actitud traviesa, sonriendo ante la danza de los niños de su alrededor, representando, en definitiva, una escena de amor juvenil. El juego de paños es también un destacado ejercicio de modelado, y el efecto pictórico del conjunto hacen de este grupo una composición plástica muy emotiva y de excelente calidad. El pedestal también es obra de Benlliure (E00626), con las cuatro caras presentando relieves alegóricos a la manera de la tradición griega: el amor, con una escena de una joven desnuda acompañada por un Cupido, un grupo de las tres Gracias, la alegoría de la música instrumental y una pareja de jóvenes simbolizando el amor y la juventud, representado también por las flores que aparecen entre las dos figuras.