Hoy no cabe duda de que este personaje debe ser identificado como Aquiles, pues su cabeza es cuanto queda de una copia romana del grupo Pergaménico conocido como Aquiles y Pentesilea. Sin embargo, resulta indudable que, desde el siglo XVII, fue siempre considerado un Alejandro en actitud dramática. La obra se encuentra tal como aparece en el dibujo (D03883) del Cuaderno de Ajello, si hacemos abstracción de la peana, hoy perdida. Desde la época en que Antinoo (E00060) y esta obra pertenecían a la colección de Cristina de Suecia, fueron destinadas a servir de pareja, e incluso es fácil suponer que el añadido de un busto a Aquiles tuvo como único objetivo darle un aspecto semejante al del Antinoo. Pasaron juntas después a la colección Odescalchi e, incluso, viajan a España en la misma caja y son colocadas, de nuevo en paralelo, en la "pieza quarta" de la iglesia de San Ildefonso, donde las describe Ponz como "dos soberbias cabezas: la una de Antinoo y la otra atribuida a Alejandro, con sus bustos, que parecen restaurados, pero de muy antiguo". La separación de los dos bustos debió de ocurrir al trasladar la colección al Museo del Prado.
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