Esta delicada talla de madera policromada muestra a la Virgen María sedente, presentando en su regazo al Niño Jesús de frente. El Niño bendice con la mano derecha y lleva en la izquierda una esfera dorada que bien pudiera ser el globo terráqueo en alusión a la salvación del mundo mediante el sacrificio del Hijo de Dios o bien la manzana del pecado original que es igualmente la causa de la venida del Salvador para la redención de los pecados. María, en una composición triangular que enmarca la figura de Jesús con sus manos, lleva los cabellos descubiertos cayendo sobre los hombros y el manto en suave cascada. Personifica la doncella que engendra al Hijo de Dios, la nueva Eva que servirá de camino de redención. Va ataviada con una saya de amplio escote cuadrado propia de la moda hispana de la época de los Reyes Católicos, dejando ver la camisa de exquisito estofado ajedrezado en oro y blanco. La saya tiene un trabajo de brocado aplicado de compleja realización aunque común en las policromías burgalesas de la segunda mitad del XV y principios del XVI, desafortunadamente se conserva sólo en parte. El manto dorado con reverso azulado ha sufrido una restauración antigua, posiblemente en el siglo XIX que enmascara su aspecto original.