Representa al dios romano Silvano, venerado ya por los etruscos bajo el nombre de Selvans. Dios de la selva, de los pastores y cazadores y, más tarde, sobre todo de las huertas. Lleva una piel de corzo anudada al hombro derecho. Con su brazo izquierdo doblado, la utiliza para sostener los frutos de la huerta. Sabemos por otras representaciones que solía llevar un cuchillo de vendimia en la mano derecha, y además barba, una corona de pino sobre su cabeza y botas de piel. A veces está acompañado por un pequeño perro. Por ser venerado sobre todo en el campo, la mayoría de las representaciones muestran una talla más bien sencilla y ruda. No obstante, el torso de Madrid no es la única escultura refinada de este tema.
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