Imagen de Santa Bárbara, mártir cristiana del siglo III que fue encerrada en una torre y posteriormente decapitada por su padre, Dióscoro, como castigo por no querer casarse ni profesar el paganismo. Goya nos muestra a la santa provista de diversos símbolos, sosteniendo una custodia en la mano derecha y la palma de mártir en la izquierda, tocada con una corona por su condición de princesa, con la torre a sus espaldas y la representación de su martirio en el margen derecho de la composición.
Realizada poco después de su viaje a Italia, Goya se inspiró tanto en la estatuaria clásica como en la pintura clasicista italiana del siglo XVII para la realización de esta obra, como se documenta en su cuaderno italiano, donde se estudia tanto la cabeza como la composición.
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