Tanto la atribución como la fecha de realización de esta pintura son discutibles, proponiéndose también el nombre de Antonio del Castillo (1616-1668) en una actuación de mediados del siglo XVII. Proveniente de la iglesia de Santa Ana, en Lucena (Córdoba), de donde fue arrancada a finales de los años treinta, esta monumental y poderosa imagen evidencia un excelente conocimiento de la pintura al fresco, en la mejor tradición italiana, y que en España contó con muy escasos ejemplos, circunscritos -descontando a los artistas llegados de Italia- al área andaluza.Procede de la donación de don José María García Jiménez en 1942
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