En esta escena el santo aparece meditando sobre el Juicio Final, representado en la estampa del libro abierto, que reproduce un modelo de Durero. Junto a sí tiene diversos elementos de vanitas, como la calavera que descansa sobre unos libros o la piedra con la que golpeaba su pecho. Una pluma y un tintero dan fe de su dedicación a la escritura. San Jerónimo es uno de los santos más populares de la España del Barroco, ya que servía para insistir en uno de los temas favoritos de la ideología contrarreformista: la doctrina del arrepentimiento y la penitencia.
Inspirada en imágenes de Ribera, refleja la técnica ajustada y detallista tan característica de una parte de la producción del pintor.
Está firmado y fechado en la piedra del ángulo inferior izquierdo.
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