Este retrato representa a un hombre joven. Según se deduce de la torsión del cuello, la mirada estaba ligeramente orientada hacia la izquierda. En la parte posterior de la cabeza, el cabello es corto y aplastado, mientras que encima de la frente está más abombado y da lugar a un flequillo de grandes rizos enroscados; estos delimitan la frente en forma de arco y, si se observan con atención, se identifica una serie bastante regular en la que se combinan horquillas y pinzas. Desde un punto de vista estilístico, el retrato de este hombre joven se sitúa entre dos épocas. Mientras que la organización del cabello aún permite identificar modelos flavios tardíos, el rostro presenta ya rasgos de la época trajánea. Probablemente sea reelaboración de un trabajo anterior, quizá a partir de un retrato de Nerón o de algún retrato de un particular de tiempos de Nerón. Pero la efigie precedente fue transformada íntegramente a excepción de las orejas y de las patillas.