Desde el punto de vista pictórico llama la atención el contraste entre la calidad de la figura y el modelado impreciso de la silla y de los objetos que figuran sobre la mesa. Gudlaugsson, que sólo conocía este cuadro por una fotografía antigua, considera que tan sólo el guante y el abanico son de la mano de Ter Borch. Lo cierto es que ninguno de esos elementos figura en el dibujo de este retrato incluido en el álbum de acuarelas de Gesina ter Borch (Amsterdam, Rijksprentenkabinet). Sin embargo, el análisis morfológico de las micromuestras tomadas revela que la capa de preparación del mantel y los objetos sobre la mesa es la misma que la del vestido y que en el caso de los objetos dispuestos sobre la mesa no hay una capa de barniz intermedio u otras capas de separación que pudieran justificar un añadido posterior en esa zona. Por otro lado, la radiografía no revela la intervención de dos manos distintas, pero sí pequeñas correcciones en la manga izquierda del vestido y en el perfil de la falda en el lado izquierdo, cuya curvatura fue ligeramente rebajada. Una corrección que, por lo demás, se percibe a simple vista y que permite pensar que se podría tratar de un original y no de una réplica como pensaba Gudlauggson, y que, por tanto, fuera el cuadro antiguamente en colección J. Bleuland, dado por desaparecido.El tema de la mujer junto a un tocador fue popularizado por ter Borch. Petronella Waert (1628-1709) está de pie sobre un fondo negro, ricamente ataviada con vestido de terciopelo negro y bajofalda de raso blanco adornada con puntillas y brocados plateados. Los distintos materiales y tejidos están representados con la maestría habitual en este pintor. Lleva collar de perlas corto, y en el cabello y sobre el pecho lleva adornos de azabache. Desde el punto de vista estilístico corresponde al tipo de retrato burgués, sobrio y honesto, con el modelo representado de tres cuartos, cultivado por Ter Borch durante su refugio en Amsterdam. Como es habitual en las obras del pintor, los rasgos de la retratada están representados con gran verosimilitud, ya que Ter Borch, al contrario que los retratistas de Amsterdam, se mostró siempre más interesado en la captación de la individualidad del modelo que en la plasmación de su estatus social.En otoño de 1670 Gerard ter Borch recibió el encargo de retratar a los diferentes miembros de la familia de Nicolaes Pancras (1622-1678), burgomaestre de Amsterdam y presidente de la Compañía de las Indias Orientales. De esos retratos están identificados, en la actualidad, el del propio Nicolaes Pancras (Hamburgo, Kunsthalle); sus hijos Gerbrand Pancras (Manchester Art Gallery) y Aletta Pancras, y el marido de ésta François de Vicq, burgomaestre de Amsterdam (los dos últimos en Amsterdam, Rijksmuseum).
Formó parte de la colección del Marqués de Castro-Serna (Madrid). Según Michel (1887) figuraba como pendant de un retrato de Nicolaes Pancras, hoy desaparecido. Gudlaugsson (1959) supone que ambos eran réplicas de los retratos originales de Nicolas Pancras (Hamburgo Kunsthalle) y Petronella Waert (hoy desparecido), que figuraron en la venta de la colección de J. Bleuland. Pasa por herencia a una sobrina casada con el político Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano. Adquirido por el Estado a su hija Pilar Díaz de Bustamante en 1982, con destino al Museo del Prado.
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