Representa la venida del Espíritu Santo, en forma de lenguas de fuego, sobre la Virgen y los Apóstoles el día de Pentecostés (Hechos de los Apóstoles 2, 1-5).
Se ha identificado al Apóstol barbado y calvo que dirige su mirada al espectador en la parte derecha del lienzo como el autorretrato del cretense o el retrato de su amigo Antonio de Covarrubias.
Pintura realizada para el retablo mayor de la Iglesia del Colegio de doña María de Aragón. Un boceto o reducción autógrafa se encuentra en la colección Zogheb (París). En el segundo peldaño está la firma con caracteres griegos, rehecha en una restauración antigua.
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