Retrato de Pablo de Valladolid (1587-1648), bufón en la corte del rey Felipe IV (1605-1665) desde 1632, vestido de negro y en actitud declamatoria, en alusión a su oficio en Palacio.
Uno de los máximos ejemplos de la habilidad de Velázquez para plasmar el carácter del personaje y transmitir la sensación de volumen y perspectiva, a partir de una gama de colores muy reducida. El espacio y la profundidad quedan sólo sugeridos a partir de la sombra del retratado.
Este cuadro se cita en el Palacio del Buen Retiro, Madrid, en 1701 y 1716, y en 1772 y 1794 en el Palacio Real de Madrid. En 1816 fue depositado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ingresando en 1827 en las colecciones del Museo del Prado.
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