Un curandero, o un médico rural, sana el pie de un campesino, utilizando sus rústicos utensilios. Tras ellos, una mujer observa preocupada y una sirvienta entra en la escena con comida.
La composición deriva de obras con el mismo tema realizadas por Adriaen Brouwer, maestro de Teniers. La presencia del búho, símbolo de sabiduría, quizá aluda a una interpretación crítica de lo representado. Esta pintura enlaza así con la tradición de la pintura flamenca, donde son frecuentes las representaciones burlescas de operaciones quirúrgicas.
Pareja de El alquimista (P1804) ambas obras muestran la particular visión crítica de la ciencia por parte de Teniers. Existen varios ejemplos de obras de este pintor con el mismo argumento. Esta versión se encontraba ya en 1700 en el Alcázar de Madrid.
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