Vaso compuesto por tres piezas de citrino y siete guarniciones de oro con esmalte excavado en negro. Cuerpo de boca ovalada con cuatro lóbulos y otras tantas protuberancias muy decoradas; pie plano cuadrilobulado. Los picos de los extremos, lo mismo que las asas y el resto de la guarnición, de oro con esmalte negro sobre el fondo rayado. La ornamentación de la guarnición es del tipo de la llamada decoración en negro, que se pone de moda en la orfebrería de finales del siglo XVI, y que difundieron, entre otras, las estampas de Nicolas Drusse. El cuarzo citrino, de color topacio, es una variante cromática a la uniformidad del cristal de roca. Consideradas rarerzas, esta materia fue del agrado de Dionisio Miseroni, del que se conocen varios vasos labrado en este material. Esta obra forma parte de la herencia recibida por el rey Felipe V (1683-1746) a la muerte de su padre, el Gran Delfín, en 1712.