La animación del soldadito principal, el aire marcial y el orgullo gracioso e infantil con el que se enfrenta al espectador constituyen uno de los más altos logros en la representación de la infancia de toda la obra de Goya.
La infancia fue uno de los temas que más interesaron a Goya. En muchas de sus escenas infantiles los niños son representaciones de distintos tipos sociales: soldados, majos, pequeños aristócratas y otros.
Forma parte del grupo de cartones (P779-P784) para los tapices destinados al cuarto de los príncipes de Asturias en el Palacio de El Pardo.