Réplica romana de una famosa obra de Timoteo (h. 370 a.C). Este escultor griego, conocido por su actividad en Epidauro y en el Mausoleo de Halicarnaso, presenta a Leda parcialmente desnuda por el movimiento brusco que abre su vestido, novedad que veinte años más tarde fue superada por Praxíteles con la creación de la Afrodita de Cnido totalmente desnuda. El espectador debe suplir idealmente la ausencia del águila que persigue al cisne, que a su vez es protegida por la heroína con su manto. Del matrimonio de Zeus, transformado en cisne, con Leda, la reina de Esparta, nacieron los mellizos Cástor y Pólux.
El significado mitológico de esta brillante composición puede ser resumido en unos versos que Eurípides pone en boca de Helena: ..."una hablilla narra que un día Zeus, en cisne transformado, huyendo de un águila que lo perseguía, fue a refugiarse al seno de mi madre Leda, la hizo suya y yo fui el fruto" (Helena, 18 ss). Leda, por tando, protege al cisne-Zeus con su manto extendido, dirigiendo su mirada al águila, invisible pero necesaria para la acción: acaso nos hallemos ante el primer caso conocido de una escultura "abierta" hacia el espacio.Son muchas las versiones que nos han llegado de esta obra, y ello testimonia su fama, aunque ningún texto antiguo nos la mencione. Fue el dinamismo de la figura, junto al estilo del cuerpo y de las telas, lo que invitó a W. Amelung y F. Winter, ya en 1894 a relacionarla con las esculturas del templo de Asclepio en Epidauro, diseñadas y en parte ejecutadas por Timoteo. Nadie desde entonces ha puesto en duda la atribución, y por tanto hemos de ver en dicho escultor el genial adelanto capaz de crear tras unos velos aún herederos de los "paños mojados" fidiacos, este desnudo femenino suave y realista, ajeno a las férreas anatomías del siglo V a.C. y directo antecesor de las Afroditas de Praxiteles.La presente copia se halla entre las más refinadas que nos han llegado, y la calidad de su talla es magnífica en la túnica que cubre el cuerpo. El restaurador del siglo XVII sintió, además, tanto respeto por la obra antigua, que conservó las corrosiones de la superficie. Sin embargo, y por desgracia, completó el torso con una cabeza que resulta excesivamente grande y resta armonía al cuerpo.
Trasladada a España, fue estudiada por el Abate Ajello, según señala Barrón en su anotación al dibujo 46, como complemento a la descripción del Grupo de San Ildefonso y lo hace por la razón evidente de que Leda era la madre mítica de Castor y Polux.
Procede de la colección Cristina de Suecia de donde paso a la colección Odescalchi y de ahí a la colección de Felipe V (Palacio de La Granja de San Ildefonso).
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