Un grupo de lavanderas faena o descansa junto al río Manzanares. Una de ellas, dormida sobre el regazo de otra, es objeto de sus bromas, al pretender asustarla con un cordero. Detrás aparecen otras dos en plena labor.
Goya presenta aquí uno de los paisajes más naturalistas y bellos de todo el conjunto de cartones para tapices. Describe una zona cercana a Madrid, con el río Manzanares que baja desde la sierra de Guadarrama, sugerida al fondo e interpretada con sus azules y nevadas crestas. Las tonalidades plateadas y la interpretación de las montañas de fondo derivan claramente de la obra de Diego Velázquez.
Forma parte del conjunto de cartones para los tapices destinados al antedormitorio de los Príncipes en el Palacio de El Pardo.
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