Rubens y su amigo Jan Brueghel el Viejo trabajaron juntos en varios cuadros para los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia, príncipes soberanos de los Países Bajos meridionales, durante uno de los periodos en los que este territorio conoció un mayor desarrollo. Ambos artistas expresaron en sus colaboraciones la riqueza, exuberancia y progreso de la tierra flamenca, en pinturas de fuertes connotaciones políticas. En este cuadro y su pareja (P01683), Rubens pintó los retratos y Brueghel incorporó el paisaje y las residencias dinásticas de Tervuren y Mariemont, subrayando así la unión de los gobernadores con sus territorios.Los cuadros fueron propiedad de don Rodrigo Calderón, un personaje destacado de la corte de Felipe III, y pasaron tras su muerte en 1621 a poder de Felipe IV.
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