La escena se sitúa en un entorno ajardinado, donde se pueden observar varios animales en libertad y algunas esculturas, con lo que el artista trata de reflejar un ambiente señorial. La esposa, Catalina van Noort, aparece sentada junto a la hija pequeña. El pintor, en pie con la mano apoyada en un sillón, sostiene un laúd. Bajo él se postra un perro. Junto al grupo, una sirviente sujeta una cesta de uvas, como símbolo de la prosperidad familiar.
Identificado como Jordaens a través de un grabado que refleja idénticas facciones, éste se representa como un perfecto caballero, ataviado con ropas elegantes e interesado por actividades intelectuales y nobles, como la música. La obra ha de relacionarse con el interés de los artistas flamencos durante el Barroco por dignificar su actividad profesional, mostrándose como miembros relevantes de su sociedad.
La pintura fue realizada por Jordaens cuando se encontraba en la cumbre de su éxito profesional. Está documentada en 1746 en el Palacio de la Granja entre las pinturas de Felipe V.