Es posible identificar esta obra con la imagen de culto del templo de Júpiter Tonante ("de los truenos") en el Capitolio de Roma. En 22 a.C. Augusto dedicó este templo por haberse salvado en las guerras cántabras (26 a.C.) milagrosamente de un rayo de Júpiter. Templo y estatua original (siglo IV a.C.) se quemaron en 80 d.C. y fueron reconstruidos algo después por el emperador Domiciano. El dios, de aspecto más bien benévolo, llevaba el rayo en la mano derecha y apoyaba la izquierda en un cetro.
Según A. Blanco y M. Llorente es obra romana de la época de los Antoninos, inspirada quizá en un modelo griego, de cabeza semejante a las de las estatuas de Bryaxis (estatuas derivadas del Serapis de Alejandría, Zeus de Otricoli, etc.), con las que no sólo coincide en la construcción, sino en la simetría de ciertos rasgos, como la línea de las cejas y la desigualdad de las dos mitades del bigote. Amelung la considera, por esto, obra juvenil de Bryaxis. No se conocen réplicas. Procede de la Colección Odescalchi, 183 de donde llegó al Palacio de La Granja de San Ildefonso.
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