Vaso formado por cuatro piezas de cristal de roca y una guarnición de oro. Cuerpo ligeramente cónico, con grandes gallones y boca ovalada de corte oblicuo; pie ovalado. Decoración de hojas y bichas. Guarnición de plata dorada. En el inventario de 1776 aparece ya quebrado el pie, y en 1839 había desaparecido el trozo que hoy falta. Tiene, además, una hendidura. Su forma es semejante a la de los aguamaniles de plata de la segunda mitad del siglo XVI de nuestras iglesias. Esta obra forma parte de la herencia recibida por el rey Felipe V (1683-1746) a la muerte de su padre, el Gran Delfín, en 1712.