La pintura española de flores vivió una de sus épocas de esplendor durante las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX en Valencia, donde funcionó una Escuela de Flores vinculada a la industria sedera.Uno de los más notables especialistas fue Juan Bautista Romero, que desarrolló su labor en la ciudad levantina y en la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro. Este bodegón es muy característico de su producción, y nos muestra su gusto por una factura leve que evita los contrastes y envuelve delicadamente el conjunto.
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