Este cuadro supone la primera colaboración entre Rubens y Snyders (1579-1656), ambos recién regresados a Amberes desde Italia. Representa una historia narrada por Plutarco, según la cual el poderoso general griego Filipómenes fue reconocido por sus anfitriones en el momento en que cortaba madera para ayudarles a preparar un banquete que se iba a celebrar en su honor. El argumento permitía transmitir conceptos como la humildad y la grandeza de espíritu, a la par que incluir una naturaleza muerta, evidenciando la capacidad de Snyders para tratar este asunto. Rubens realizó un boceto para la escena (París, Musée du Louvre) que demuestra que fue él quien inventó toda la composición, y que Snyders siguió sus instrucciones. El cuadro se documenta por primera vez en 1666 en el Alcázar de Madrid.
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