Saturno, representación del Tiempo en la mitología romana, aparece caído junto a sus atributos, la guadaña y el reloj de arena. La Belleza, quizás un retrato de la esposa del pintor Virginia de Vezzo, le sujeta por los cabellos, blandiendo una lanza sobre él mientras que la Esperanza le amenaza con un garfio, su símbolo iconográfico, y tres amorcillos despluman sus alas.
El Tiempo es desafiado por el Amor, intercambiando sus papeles tradicionales. La representación del Tiempo fue una de las constantes del periodo Barroco, como imagen de la transitoriedad de la vida humana y de los valores que la gobiernan.
Con este tipo de obras Vouet introdujo la influencia del arte italiano en la Francia de Luis XIII.