Obra que forma parte de la serie de bocetos para los frescos de la escalera de El Escorial, que narra los episodios más significativos de la Batalla de San Quintín. En este cuadro, Giordano describe minuciosamente detalles fundamentales de la batalla, como la presencia del río Somme (a la derecha), de vital importancia en la estrategia seguida por Filiberto Manuel de Saboya, general de las tropas españolas, o la alusión a la artillería y arcabuceros, que finalmente decantaron la balanza del lado español. A diferencia de lo que es habitual en Giordano, las figuras principales están dispuestas conforme a una rígida simetría, dominada por dos jinetes cabalgando en direcciones opuestas, de frente uno, de espaldas el otro y con cabalgaduras blanca y negra respectivamente. El resto de las figuras en el primer plano se dispone formando un semicírculo y, al fondo, centra la composición una ciudad en llamas, probable alusión a San Quintín.
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