Copia del famoso bronce helenístico, del que se conserva una copia romana en el Museo Capitolino de Roma, que representa a un niño desnudo, sacándose una espina del pie. El suave modelado, la disposición ordenada del cabello y el rostro inexpresivo siguen fielmente el modelo romano. Popularmente se relataba en el siglo XVII que la escultura fue encargada por el Senado romano para homenajear a un pastor, llamado Martius, quién llevó un mensaje con tal diligencia que solo se detuvo a sacarse una espina cuando había terminado su misión. El vaciado, realizado por Cesare Sebastián, fue encargado hacia 1650 por Velázquez en Roma para la decoración del Palacio del Alcázar en Madrid, permaneciendo en la Colección Real hasta su ingreso en el Museo del Prado.
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