Adoptado como heredero por Antonino Pío en 138 d.C., a los 17 años de edad, Marco Aurelio fue retratado múltiples veces a lo largo de su vida, contándose hasta cuatro tipos de efigies con sus facciones: tras una imagen juvenil en la época de su adopción, y otra con barba incipiente creada en 144, vendría el tercer tipo -el representado por este retrato, y por otros tan famosos como la estatua ecuestre en bronce del Capitolio-, que se elaboró a raíz de su coronación (161 d.C.). Finalmente, otra imagen más madura, con barba y cabello muy movidos, serviría para los últimos años del reinado (170-180 d.C.). Ante las facciones serenas de esta cabeza recordaremos que, más aún que en el caso de Adriano, la sabiduría griega fue el principio rector de este hombre: hubo de enfrentarse a múltiples conflictos bélicos, pero asombró a todos porque "se consagró a la filosofía durante toda su existencia y sobrepasó a todos los emperadores en pureza de vida" (Historia Augusta, Marco Antonino, 1,1).