Cuatro amorcillos componen esta delicada escena. Dos de ellos, pequeños cupidos que representan el Amor Sagrado y el Amor Profano, están en plena lucha. A la derecha otros dos conversan junto al cortinaje, uno porta una corona de laurel, aparentemente destinada al vencedor de la lucha.
Es copia del relieve original de mármol realizado por François Duquesnoy (1597-1643) para decorar el jardín de una de las villas romanas de la familia Doria-Pamphili, reproduciendo un tema muy representado en la Antigüedad, que tendrá gran aceptación entre los artistas del Renacimiento y del Barroco.
Regalado por el cardenal Francesco Barberini, sobrino del papa Urbano VIII, a Felipe IV.
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