Es una de las escasas y más conseguidas obras religiosas del pintor, realizada sobre corcho para el Monasterio de El Escorial. El Niño Jesús,acompañado por su madre, se aparece a Santa Catalina de Alejandría agradecido por el amor que esta le profesa, y que se materializa por medio de un matrimonio espiritual. Es obra que muestra elementos italianos, con referencias a Parmigianino, Correggio y Luca Cambiaso, pero con una construcción pictórica más cercana a la pintura flamenca que tan bien conoció Coello.
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